Collaborative tools to connect School and Landscape
La profesora de arte del Cuatronaranjos Murcia Active School, Itziar, explica que la actividad realizada por los alumnos el pasado 23 de marzo, forma parte de una acción, concretamente de la experiencia piloto número 2 propuesta por el proyecto EDULANDS.
El objetivo principal de esta actividad es reconectar a los alumnos con el entorno a través de los colores. En primer lugar, los niños crearon diferentes tipos de pigmentos con verduras y, a raíz de esto, en la segunda actividad los alumnos han elaborado pigmentos minerales. Para comenzar, recolectaron pigmentos naturales, como la tierra de Murcia, y con ella realizaron experimentos mezclándola con diferentes sustancias como miel, agua, huevo y sirope de agave. Como resultado, los alumnos crearon una carta de colores, con los que pretendían hacer dibujos y curar las heridas de la huerta. Estas heridas se tratan de imperfecciones estéticas como pueden ser basura en la calle, grafitis en los muros, torres eléctricas, casas abandonadas, cañas quemadas, etc.
Además, la profesora Itziar comenta: “EDULANDS nos ha ayudado a crear conexiones con el paisaje en todos los ámbitos: físico, comercial, se conecta incluso con un paisaje interno, con dónde estamos y dónde queremos estar. ”
Antonio Abellán, impulsor de Huerta Bizarra e investigador de EDULANDS, cuenta que, gracias al ¨Pantone¨ o carta de colores conseguida, los alumnos por medio de estas pinturas han podido ocultar aquellas heridas que hay en la huerta. Para ello, en su propia valla del colegio, los alumnos han hecho con grafitis unos dibujos que se asimilen al entorno que debe haber en la huerta, como es en este caso diferentes tipos de hojas. Todo ello con colores vegetales que representen a la naturaleza, con los que pretenden inspirar también a otros a usar colores más respetuosos con el entorno natural.
Los alumnos a lo largo de esta acción se dieron cuenta de que, a día de hoy, la huerta sufre muchos daños, principalmente de contaminación. Por ello, los niños se preguntaron: “¿cómo podríamos arreglarlo? ”. Esto dio fruto a esta experiencia piloto 2, con la que los jóvenes alumnos tenían como objetivos: dar visibilidad a la huerta y a la necesidad de cuidar más de ella, hacer ver los problemas de contaminación que hay en el planeta e impulsar a reciclar más. “Yo creo que también la huerta, aparte de lo que ha dicho mi compañero, no sé si estoy en lo cierto, que es parte de nuestro ser y que tiene que ver con el ser humano, y la verdad que estar destrozándolo con basura es como estar destrozando y contaminándonos a nosotros mismos.”, cuenta Álvaro, uno de los alumnos del colegio.
